los fans mataron a jose agustin

Así como Chapman (se creía un personaje de Salinger el muy güevón, un tipo sin personalidad, un don nadie que se asume como personaje, ¡háganme el favor!) le hizo a Lennon: pidiéndole un autógrafo. Fue esa caída en el Teatro Principal: culpa de los organizadores y del tumulto de gente, que provoca el pánico del escritor, sentado delante del foso de la orquesta (2 m) y la ambulancia que tarda en llegar.

Uno tropieza y cae. Me pareció ver un avión de regular tamaño dando un giro a baja altura cuando se me acabó el piso: un hundimiento en el crucero de Ezequiel Montes y Morelos. Me ruedo para librar el arroyo vehicular. Un joven con un billete de 100 pesos en la mano y aliento alcohólico me pregunta cómo me encuentro. Jodido, le respondí. ¿Necesita ayuda?. Estoy bien, no se preocupe, gracias. Noto que hay una muchacha a su lado. Se oye el ruido de un grupo musical desde la cantina La Selva Taurina o del bar La Rielera 2. Me siento un rato en el bordillo de un local con la cortina bajada a sobarme. Creo que era domingo. Me acuerdo de mi mamá: ya vas a empezar a caerte tú también. Me he roto el pantalón y me sangra la rodilla. Duele. Regreso a mi hotelito y ya no salgo el resto de la tarde. Hombre, yo nunca me he dado un borrachazo, fue un simple mal paso. En la imagen que anexo abajo, el  ocupado lector deberá observar con atención donde apunta la flecha: hay un manchón de cemento gris que visualiza el hundimiento.


hundimiento en crucero de Montes y Morelos

 

Fue José Emilio Pacheco, me parece, el que se acordó de la caída (a los infiernos) de uno de los personajes de José Agustín en Cerca del fuego. Esa novela es una anticipación, no cabe duda que el escritor era un visionario (leía a Jung y el I Ching): el México infernal que estamos padeciendo todos los días (88% de los encuestados por el INEGI percibe insegura la ciudad en la que vive. Un favor: díganle a Rocío Nahle que Fresnillo, Zacatecas, es la más peligrosa del país).

Una de sus novelas, Ciudades desiertas, pasó al cine con el curioso título de Me estás matando, Susana. Amores perros, amores que matan. A los 16 sorprendió a todos con La Tumba. A los 64, precozmente también, consecuencia de esa caída, dejó la literatura. Eso le hicieron a José Agustín, muerto en Cuautla (79).

Me gusta leer obituarios cuando están bien documentados y te dicen cosas. El mejor de todos: El escritor que cayó a la Tierra por Hermann Bellinghausen.

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